Hay varias explicaciones para la evolución de la longevidad humana y el envejecimiento, un ejemplo reciente es la propuesta por Perls et. Al. de una relación entre la longevidad en las mujeres y la edad a la que tuvieron hijos. Perls et al. mostraron que las mujeres que sobreviven a la edad de 100 años eran cuatro veces más propensas a haber tenido hijos en su cuarta década de vida; que las mujeres que superaron los 73 años. Pero no es posible argumentar a partir de estos datos que "la fuerza motriz selectiva de la vida humana es maximizar el período de tiempo durante el cual las mujeres pueden tener hijos" sin una comparación del número total de descendientes producidos (reproducción en el tiempo de vida) de la dos grupos de mujeres. La selección natural favorece a los genes que aumentan reproducción en el tiempo de vida, y por consiguiente el análisis debe basarse en la reproducción en el tiempo de vida si se llega a la conclusión de que la longitud del periodo reproductor en las mujeres es una fuerza impulsora en la evolución del periodo de vida humana. La interpretación de Perls et al. se admite si las mujeres del grupo centenario tuvieron una mayor reproducción en el tiempo de vida que las que murieron a los 73 años. Alternativamente, si las mujeres en el segundo grupo tenían igual o mayor reproducción en el tiempo de vida que los de la otra, la vida útil más corta es probablemente una expresión de los costos asociados con el cuidado de niños a una edad temprana.