El Estado de Chile ha reconocido la importancia de contar con una ciudadanía participativa. Desde el Instructivo Presidencial de Participación del año 2000 y luego la Agenda Pro participación, emanan una serie de orientaciones que debieran ser cumplidas por todos los organismos de gobierno, tanto centrales como locales. La salud primaria no es la excepción y por tanto, ahí debieran darse un conjunto de espacios e iniciativas tendientes a aumentar y fortalecer la participación de usuarios, principalmente a través del uso de mecanismos colectivos de participación. El principal objetivo de este estudio de caso es dar cuenta de cómo los mecanismos de participación que han sido diseñados son efectivamente implementados en el nivel local, en particular en la salud primaria. Este estudio de caso se llevó a cabo en dos comunas de la Región Metropolitana que han tenido una experiencia de participación ciudadana: Peñalolén y La Florida. Se trata de una aproximación exploratoria y realizada con herramientas de carácter cualitativo. Se efectuó una revisión bibliográfica orientada a fundamentar y sintetizar los principales conceptos que atañen a esta investigación. Junto a ello se procedió a realizar, el segundo semestre del año 2007, un conjunto de entrevistas de carácter semiestructurado que dan cuenta de cuáles son las percepciones de los actores involucrados en el tema. La investigación realizada da cuenta de una brecha entre el diseño de la política pública emanada desde el nivel central y su efectiva implementación a nivel local. Este factor se ha traducido en una baja incidencia de las políticas de participación definidas desde el nivel central en la gestión cotidiana de los establecimientos de salud primaria analizados. Como razones de lo anterior pueden argumentarse al menos dos: una que tiene que ver con el tipo de participación que los mecanismos y herramientas emanadas desde el nivel central logran instalar y potenciar en la sociedad civil y que, hasta el momento, no han logrado fortalecer los espacios de toma de decisión, corresponsabilidad y control social. En este sentido, la conformación y fortalecimiento de los Consejos de Desarrollo aun cuando son un mecanismo importante de colaboración, no han logrado aun ser una herramienta efectiva para la participación activa y empoderada de la ciudadanía. La segunda razón dice relación con los modelos de implementación que se acercan más a un modelo tradicional que separa el diseño de la ejecución y que no incorpora las necesidades e intereses de todos los actores involucrados. Las políticas de participación y sus mecanismos son, por ejemplo, claramente identificados por jefas de división de salud municipal, pero se diluyen al momento de ser operacionalizadas.