El avance en las tecnologías de la información y la comunicación durante las últimas décadas ha generado cambios en todas las esferas de la vida social de las personas. La interacción de los individuos y sus formas de comunicación se han transformado de tal forma que el tiempo y espacio que se compartían, ahora se diluyen en las redes informáticas que no requieren que sus participantes coincidan ni en el momento del encuentro, ni en el mismo espacio físico, pero que de igual forma les permite un dialogo comunicativo con significado. El problema surge cuando intentamos acoplarnos a estos cambios tecnológicos sin realizar una comprensión práctica y racional de su significado y de cómo utilizarlos para nuestro provecho, y no por el contrario tomando una posición sumisa ante ellos. Ante la gran cantidad de aparatos y sistemas tecnológicos que han ingresado, casi sin permiso en nuestra vida cotidiana, es natural sentirse asfixiado e impotente y a veces olvidamos que están allí para hacernos la vida más fácil, la tecnología al servicio del hombre y no lo contrario: los computadores, los programas informáticos, Internet, dispositivos móviles, cajeros electrónicos, códigos de barras y muchísimas otras tecnologías cotidianas están ya en nuestras vidas y nos hemos acomodado a algunas más que a otras, pero el nivel de aceptación y comprensión de ellas puede no depender de su complejidad, sino de que tan abiertos estamos a admitir que las necesitamos y por ello, que tan dispuestos estamos a aceptar que aquello que hacemos, se puede realizar de otro modo.Y es que para entender los cambios tecnológicos se requiere de una transformación de cómo vemos el mundo, de cómo lo aprehendemos y reconstruimos, lo cual hace necesario un cambio del modelo mental de las personas y esto es algo a lo que se han visto enfrentados de forma abrupta los individuos que con gran dificultad intentan captar el discurso tecnológico, pero que al no sentirse identificados con él mismo, siempre van un paso atrás, intentando entender algo en lo cual no creen, tratando de acceder a la puerta tecnológica, pero nunca usando la llave adecuada.Gran parte de las brechas que se crean entre las personas y la tecnología que las rodea, surge de la pre concepción de que la tecnología es fría, extraña y alienante, pero cuando vemos los usos comunes que hacemos de ellas, nos damos cuenta de lo equivocado de este pensamiento, ya que una característica asombrosa de los cambios tecnológicos de las últimas décadas y más aún de los últimos 5 años, es que se ha generado un crecimiento singular en tecnologías comunicacionales y lo que es más importante, es que han surgido a partir de la necesidad de los individuos y se han forjado a partir de su uso, tomando la forma que los usuarios le han dado, y esto ha creado un hito en cuanto a que anteriormente la tecnología se construía y los usuarios debían amoldarse para poder usarla, pero ahora los usuarios tienen el poder de reconfigurarla según sus necesidades y la tecnología debe ser flexible para adaptarse al individuo, la tecnología es cada vez más humana. Es por esto que se exige al individuo un entendimiento de los códigos inherentes a la tecnología, para poder interactuar con ella y amoldarla a sus necesidades, no se debe tomar la posición de aprender a usar la tecnología, por el contrario, la tecnología cada vez más aprende de nosotros, pero debemos aceptarla y hablar su mismo idioma.Y es en este punto donde la educación tiene un papel principal, porque estos cambios mentales en los individuos parten de entender el por qué y para qué de la tecnología, de apropiarse del discurso tecnológico y utilizarlo como algo innato al ser humano. A partir de la masificación en el uso de Internet y otras tecnologías complementarias a la Red, la educación ha intentado incluirlas en su práctica, hacer uso de los grandes avances en las tecnologías de comunicación e información para facilitar el uso que de ellas puedan hacer los profesores, para expandir la cobertura educativa, acceder a más información y crear redes que permitan compartir conocimiento, pero el recorrido ha sido lento y no siempre ha ido por el camino correcto. Se ha intentado llenar salones con computadores, incluir programas que remplacen las exposiciones de los profesores, realizar capacitaciones en programas que se desactualizan a los pocos meses después de haber sido aprendidos y ahora nos hemos dado cuenta que la educación no ha cambiado mucho después de todos esos esfuerzos, lo cual no implica que la tecnología no sea útil a nivel educativo, todo lo contrario, lo que ha pasado es que se ha tratado de insertar un cambio tecnológico sin diagnosticar el espacio educativo que se desea transformar. Por esta razón, el propósito de la presente investigación es identificar y analizar los elementos constitutivos de un espacio educativo, que en este caso es la Universidad Externado de Colombia, para determinar cómo se puede lograr un proceso de integración curricular de tecnologías por parte de los profesores de pregrado, estableciendo cuáles son las barreras que se presentan, las expectativas que se esperan y los métodos más indicados para integrar a todos los participantes del proceso de tal forma que se estructure un proceso de uso de tecnología educativa a partir de los requerimientos de los individuos participantes, tanto estudiantes, profesores y directivos, pensando en que el fin no es la capacitación en el uso de la tecnología, sino por otro lado, el principio del proceso es el aprendizaje del lenguaje tecnológico y el camino es su uso cotidiano.