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Registro 1 de 1 para la búsqueda Autor Quezada Pulido, Wilfredo
Explicaciones contemporáneas de la causalidad : el problema de la omisión y de la prevención
Briceño Domínguez, José Sebastían
Quezada Pulido, Wilfredo
Vallejos, Guido
2010
- Datos de edición Programa Cybertesis
- Tipo de Documento Libro
- Materia Causalidad (filosofía)
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Descripción
El trabajo consta de cinco partes. La primera parte (1) ha sido ésta, la introducción, en donde he intentado delimitar el problema de la causalidad negativa, despejar ciertas cuestiones previas, dar una idea de las soluciones en oferta y de sus implicancias, y señalar desde ya cuál es a mi juicio la alternativa correcta. Parto de la premisa según la cual en prácticamente toda disciplina racional de carácter especulativo –y ciertamente e ...El trabajo consta de cinco partes. La primera parte (1) ha sido ésta, la introducción, en donde he intentado delimitar el problema de la causalidad negativa, despejar ciertas cuestiones previas, dar una idea de las soluciones en oferta y de sus implicancias, y señalar desde ya cuál es a mi juicio la alternativa correcta. Parto de la premisa según la cual en prácticamente toda disciplina racional de carácter especulativo –y ciertamente en filosofía– nadie se encuentra con la solución al problema investigando de manera sorpresiva, después haber recorrido pasos argumentativos preliminares e intermedios sin un objetivo más o menos determinado. Uno va por un tipo de solución que cree correcta de acuerdo a cierta visión o principios muy generales y luego la justifica. Al menos yo no me encontré con ella de manera sorpresiva después de recorrer un camino lógico. El asunto fue tal como el juez que dicta condena o absolución y luego redacta la sentencia con los motivos de su decisión. En el Common Law hablan de ‘hunch’, esto es, corazonada, para describir esta forma de proceder. Así ha sido enfrentado el problema. ¿Prejuicio? Por supuesto, como en toda argumentación especulativa. Lo importante es que, ex post, la solución sea justificada en forma coherente y racional. La segunda parte (2), de carácter expositivo, pretende dar cuenta más o menos detallada del que he llamado programa contrafáctico. No se tratan ahí la multitud de variantes que han surgido después del artículo fundacional de Lewis, ‘Causation’, de 1973.1 He preferido centrarme en las ideas de Lewis, su propia evolución, y la recepción del programa en uno de sus seguidores más destacados: Jonathan Schaffer. La elección de Schaffer no sólo radica en que éste ha tratado en forma particular el problema de la causalidad negativa desde la visión contrafáctica, sino también en que comparte en forma explícita y consecuente los compromisos metafísicos de Lewis con la metafísica Humeana, o, al menos, con aquel principio rector llamado superveniencia Humeana. Queda claro en ellos que la solución contrafáctica es tan Humeana como la solución regularista que pretenden superar. La disputa entre el enfoque regularista y el enfoque contrafáctico es una pelea de amigos. En la tercera parte (3), también de carácter expositivo, doy cuenta del que he llamado programa físico. Si bien repaso los aportes de algunos de sus mejores exponentes (Russell, Aronson, Fair, Salmon), me he centrado en la teoría de Phil Dowe, dada a conocer principalmente en su Physical Causation (2000), por el simple hecho que representa la síntesis más acabada y comprensiva que conozco hasta ahora de esos esfuerzos anteriores. Como el programa físico en general parece dejar muy poco lugar a la filosofía, he decidido complementarlo con una metafísica que, si no subyace, al menos es compatible con muchas de sus ideas centrales. Me refiero a la metafísica de la causalidad defendida por D.M. Armstrong, particularmente en su A World of States of Affairs (1997). De esas estrechas coincidencias da cuenta el fructífero diálogo que se ha producido entre Dowe y Armstrong. Pese a que creo que la dirección del programa físico es la correcta en la medida en que no da lugar a la causalidad negativa, las razones para ese rechazo son algo débiles, por lo que se requiere una mejor articulación de ellas y, ojalá, de razones adicionales. En la cuarta parte (4), de carácter evaluativo y crítico, intentaré justamente demostrar la superioridad de una metafísica de la causalidad en la que no figure la causalidad negativa. Para ello articularé las razones ya dadas por el programa físico y proporcionaré otras nuevas o mejor elaboradas que parecen dar valioso apoyo adicional a la posición que rechaza la causalidad negativa. Intentaré dar argumentos de carácter metafísico, epistemológico, normativo, pragmático y empírico. Como espero demostrar, si esas razones no son concluyentes, al menos son superiores. Finalmente, en la quinta parte (5), se esbozan brevemente algunas conclusiones y comentarios finales
- Identificador 10205